Inician negociaciones entre Rusia y Siria sobre las bases militares tras la caída de Bashar al Asad
Menos de dos meses después del derrocamiento de Bashar al Asad, una delegación de diplomáticos rusos llegó a Siria para iniciar las negociaciones sobre la permanencia de las bases militares de Moscú en el país. Encabezados por Ahmed al Shara, nuevo líder interino de Siria, los diplomáticos rusos enfrentaron la ardua tarea de negociar con un pueblo que había sufrido años de bombardeos por parte del ejército ruso. Las conversaciones, las primeras entre Moscú y Damasco tras la guerra civil de casi 14 años, no llegaron a ninguna resolución concreta, pero marcaron el inicio de un largo proceso de negociación sobre el papel futuro de Rusia en la Siria de la posguerrä.
La cumbre representó el tipo de regateo geopolítico que surge tras conflictos como la guerrä civil siria, donde potencias globales maniobran por influencia mientras los nuevos dirigentes sirios buscan legitimidad y apoyo internacional. Ahmed al Shara, en un ajuste de cuentas esperado, demandó compensaciones por la destrucción causada por Rusia y la extradición de Bashar al Asad y sus colaboradores. Aunque Vladimir Putin se mostró reticente a tales demandas, Al Shara destacó la importancia de mantener a Rusia como aliada debido a sus antiguas relaciones estratégicas y el apoyo militar que había brindado al ejército sirio.
En las semanas posteriores, diversos diplomáticos internacionales llegaron a Damasco para reunirse con Al Shara, mientras Rusia buscaba mantener sus bases militares en el Mediterráneo y Latakia. A pesar de las tensiones, ambas partes parecían interesadas en evitar una ruptura significativa. Analistas señalaron que Siria necesita la cooperación de Rusia para reconstruirse y que cualquier negociación futura dependerá de cómo se alineen los intereses de Moscú con los nuevos líderes sirios y sus esfuerzos por consolidar el control en la región.