La vitamina D es una de esas sustancias que no suena tan glamurosa como las «superfrutas» o los antioxidantes, pero cumple un rol vital en nuestro cuerpo. Y especialmente en los huesos.
Aunque desde pequeños nos dicen que tomemos leche para tener una osamenta fuerte, esa recomendación es solo la mitad de la historia, ya que la vitamina D es la que se encarga de ayudar a nuestro cuerpo a absorber el calcio de los alimentos y que llegue a los huesos.
Nuestro esqueleto también necesita otros minerales esenciales: el fósforo y el magnesio. El colágeno es otra pieza importante del rompecabezas. Esta proteína resulta esencial para la estructura ósea, ya que forma una especie de andamio sobre el cual se depositan los minerales. Sin un nivel adecuado, los huesos pueden perder su elasticidad y resistencia.
Y aquí es donde otra vitamina, la C, entra en acción. Este poderoso antioxidante es fundamental para la síntesis de colágeno en el cuerpo. Si no hay suficiente, la producción de la proteína se reduce, lo que puede afectar la calidad ósea y a la salud de las articulaciones.
Con una combinación equilibrada de sol, alimentación y, si es necesario, suplementos podemos asegurarnos de que nuestro cuerpo reciba los nutrientes esenciales para mantener huesos fuertes y saludables.
Con información de: BBC News Mundo